¿Quieres?

Son solo una excusa

Me das un motivo más para abandonar la habitación. Mi cuerpo quiere quedarse, mi corazón ya no tiene ganas. Me gusta respirarte, buscarte por los rincones de este viejo colchón.  Las paredes desconchadas se parecen a mi voz, cansada de gritar que quiero que me folles hasta el alma. No te conformes con lo que ves, soy mucho más. Y quise creer que tú también, que los colchones son una excusa para vernos otra vez, que el que te vayas de madrugada es una huída del amor, una persecución que estoy ganando pisándote los pies.

Lo que mal empieza

Íbamos de bar en bar intentando escribir una historia que no era la nuestra en el papel de los botellines. Ya te dije una vez qe lo que mal empieza, mal termina. No creas que me ha gustado tener razón esta vez.

La canción en tu honor, rubia de la cuarta fila :)

Quiéreme toda. Bésame hasta el alma. El hueco entre mi cuello y mi clavícula te echa de menos.

No te enteras

Tengo tantas ganas de verte que te he buscado hasta en el fondo del bote de colacao. Pero no estabas. Eres una malqueda, te tengo dicho que a las 17:30 solo me apetecen dos cosas: tú y el colacao. Pensé que serías más lista.

No me dejó quererle

Intentar hacerle feliz es algo que nunca supe hacer y de lo que ya, sinceramente, no me preocupo. Hay personas huidizas al cariño de los demás, personas que no saben dejarse querer, y él era una de esas personas. La felicidad podía correr tras él de la mano de mis zapatos rojos y pisarle los talones, pero nunca le alcanzaba. Un día decidió coger un avión y, claro, yo no me presenté en el aeropuerto. No es necesario que os diga que tuve que atarme a la silla para no ir, pero ya no merecía la pena. Él, secretamente, esperaba con ganas que yo apareciese por allí y, cuando subió a ese avión destino el otro lado del mundo, justo cuando el piloto  de los cinturones de seguridad se encendió, se dio cuenta de lo cerca que había estado yo de hacerle feliz y lo lejos que había estado él de permitírmelo.

Escapar de Madrid y revivir el pasado durante un fin de semana. La cerveza no para de llenar vasos y también un poco corazones. Darnos cuenta de cuánto nos hemos echado de menos. Me regalas besos de agua, mis favoritos, nada se interpone entre tu piel y la mia. Soy cobarde y me aparto, pongo ese espacio entre nosotros para evitar el dolor y me muerdo las ganas. La cerveza ya no es suficiente, saca el whisky. Y cuando ya no puedo más, ni contigo ni con la graduación de este vaso, me voy a dormir. Más tarde vienes a despertarme pero esta vez no, ya no. Despierto, a mi lado no duerme quien yo esperaba. Y me voy, abrázame rápido porque si no me quedo, y no quiero quedarme. No tengo ganas de conversación pero mi compañero de viaje ya ha decidido por mi, no me dormiré de nuevo. Comparto un kit-kat con él, con un desconocido. Es de chocolate blanco, con lo que me gusta...Pero así se calla un rato y yo puedo volver a ser cobarde diez minutos más, un verano más.

El miedo de Margot

-¿De qué tienes miedo Margot?
-No...No lo sé. Creo que me da miedo abrir la nevera un día y ver medio limón seco, una lata de cocacola light y yogures caducados. Pero sobretodo es el limón lo que me asusta. Es como en las películas Anette, ¿no te has dado cuenta? Siempe que alguien sufre un desamor aparece un plano de un frigorífico practicamente vacío, lleno de nada comestible, solo estanterías desoladas. Entonces el protagonista vuelve a cerrar la puerta después de echar un vistazo, siempre ocurre igual. Y...Pues eso, que me he dado cuenta de que no quiero ser esa mujer que abre la puerta y la vuelve a cerrar porque la puta nevera es una instantánea de su estado emocional.
-Pues haz algo. Tienes al crío de arriba loquito, siempre mirando por la ventana. Lo que ocurre es que te asusta más la posibilidad de que alguien te quiera que esa temida nevera de película. Actúa cariño, actúa.






Entrada nº100. Gracias por seguirme durante tantos meses :)

Dame de beber

El alcohol desaparece de mi sangre, y de repente duele. Como cuando te haces un corte y en el momento no sientes nada, pero cuando la herida se enfría... uff, cuando se enfría escuece, escuece mucho.

Love me just a little bit, cause I'm about to like you anyway...