domingo, 30 de enero de 2011

Todas esas cosas


Querer pintar ventanas en tus paredes. Hacer de tus días “canciones para el tiempo y la distancia”. Ponerme camisetas de tus grupos favoritos que me quedan grandes y verte sonreír porque sabes que no llevo nada debajo. Escribirte notas en la pizarra de la cocina para que no me eches tanto de menos, o todo lo contrario. Tener la intención de escribir poemas en tu espalda, de esos que solo entiendo leyendo en tu cama. Ponerme el traje de guerra y luchar contra tus fantasmas, a golpe de saliva y corazón. Ser básica cuando se trata de decirte lo guapa que estás.  
 
Todas esas cosas.

domingo, 23 de enero de 2011

Nunca he sido poeta

Has de saber que las horas que pasé contigo se pusieron los patines y aceleraron su velocidad, como toda esa gente con la que nos cruzamos en el Retiro. Alzo mi copa por los cafés que duran horas y parecen minutos, por tus manos jugando a romper azucarillos por no jugar con las mías. Por el césped mojado y el sol en la cara. Rompo una lanza a favor del frío polar, que nos hizo abrazarnos como osos. Tengo que decirte que nunca me he visto tan guapa como reflejada en tus ojos. Y ya sé que te debo un soneto, pero lo mío son estas letras, las que no necesitan de rima ni ornamento.

sábado, 15 de enero de 2011

Nunca te he dicho


Que de imaginar tus manos ya tengo gastadas las huellas y hasta los nudillos. Que lo único que me has tocado es el corazón y eso ya no me sirve. Que tener ganas de tí es el pan de cada día y el hambre de cada noche.

lunes, 3 de enero de 2011

H, M, S, F.

De todas las veces que pensé en saltar por la ventana no recuerdo una sola en la que no me parase a pensar en tí. Yo quería volar joder, quería ser un pájaro y llegar muy alto. En realidad creo que caí muy bajo. O eso dicen. He querido hacerlo bien muchas veces. No todas, lo admito, pero muchas. No te creas que no. Últimamente me he parado a pensar, hacía tiempo que no lo hacía. Acostumbro a vivir más en páginas que en aceras, qué te voy a contar a estas alturas. Pensar no me sienta bien, así, como conclusión. Volviendo sobre mis palabras te diré que he intentado salir de ésta no recuerdo cuántas veces y he acabado todas ellas en cama, si no es por una cosa es por otra, tú entre ellas. ¿Cuántas veces he escondido mis tijeras de recortar capítulos? ¿Cuántas veces me he olvidado de ir al supermercado? Vivir del aire ha acabado siendo lo mío, del aire que sale de tu boca, con exclusividad absoluta. Una, que es exquisita hasta para respirar. Creo que le hice demasiado caso a las películas y me olvidé de realidades más allá de la pantalla. Aun no han inventado relojes que midan el tiempo en horas, minutos, segundos y frames. Seguiré esperándote en horas de las de toda la vida con 3 tazas de café vacías sobre la barra y un cenicero cansado de esperar conmigo.