Me averguenzo de imaginarte con mis manos. No pensaba. Una fuerza desconocida hasta ahora se ha apoderado de mi cuerpo y ha poseído cada una de mis células. Un demonio que se ha adueñado de mis manos haciendo con ellas lo que se le antojaba. Y aunque me averguenzo no me arrepiento, porque he sentido mis dedos como si fueran los tuyos, he inventado tu aliento en mi clavícula, en mi ombligo. Y me ha encantado.
martes, 8 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Eso lo hemos imaginado todos en algún momento.
ResponderEliminarUn besazo!
A las manos a veces las controlan las ganas y no hay nada que hacer.
ResponderEliminarNo pienses, a veces es lo mejor. Y más en esas situaciones ;)
ResponderEliminarSaludos de colores =)
y las manos se van solas, y tu te dejas llevar... y todo es tan bonito por un instante aunque él no este, que ya nada importa.
ResponderEliminarun beso :)
no hay tiempo, ni espacio...
ResponderEliminarsolo el momento
No hay que avergonzarse de nada ;)
ResponderEliminarBeso!
Onanismo hecho pura poesía... Muy bello, no tienes nada de lo que avergonzarte, su texto rebosa vida, sensualidad y Amor. Hermoso, muy hermoso compañera. Gracias.
ResponderEliminarwww.utopiaroja.blogspot.com