La chica del jersey a rayas anda por el anden de enfrente, con una cara tan triste...Tengo ganas de cruzar y coger su tren en lugar del mío y luego, como por casualidad, decirle que yo también estoy leyendo el libro que ella lee, preguntarle si le está gustando y darle un clinex para secarse esas lágrimas indiscretas que se columpian en el borde de sus ojos.
No, mejor no. Me quedo aquí con mi cuaderno y no la molesto. Lleva una maleta de la que tira junto con un saco de penas y un neceser de "te echo de menos", se lo noto en los hombros hundidos. Tiene los vaqueros rotos y el pelo recogido en una coleta. Son cosas que no dicen nada de ella y a la vez me cuentan que es sencilla y aun tiene corazón de niña.Tiene el maquillaje corrido y no sé si es porque viene de fiesta o porque ha llorado todo el camino a la estación. Me decanto por esto último. Quiero regalarle un corazón de peluche rojo pero no tengo ninguno a mano ahora mismo. ¡Mierda!, su tren está llegando. Uf, ahí está de nuevo, colocando con cuidado el abrigo en el compartimento y sentándose en su butaca. Quiero huir de esta ciudad que no duerme y sin embargo ella parece dejarse partes del alma en Madrid. Ya casi no la veo, la cortina de lluvia empieza a ser demasiado densa...
Para tí, petite M.
sábado, 13 de marzo de 2010
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Se ve tanta gente en los trenes, tdos jugamos a atisvar la vida de los otros entre parada y parada.
ResponderEliminarBesos
Espero que un día la pena se le vaya del corazón y recoja todos esos pedacitos que dejó esparcidos por Madrid.
ResponderEliminar¡Besitos fashionistas!
ResponderEliminarComo bien dijiste puede ser eso o que viene de una juergaza que la ha hecho hasta vomitar.
ResponderEliminarLa próxima vez ve con ella.
ResponderEliminarDe vez en cuando necesitamos que nos salven, verdad?
(sobre todo cuando tienes que hacer una base de datos para el lunes! ;))
Tren destino, alguna parte.
ResponderEliminarNo se sabe.
Una mujer.
Más anciana de lo que su edad marca.
La vida, quizás, que pasa factura.
Triste.
Mirada fija.
Apagada.
Llorosa.
Mira a través del cristal, aunque no ve nada.
Suspira.
¿Qué tendrá?
Viste de negro.
Ropa arrugada.
Pelo enmarañado.
Arrugas profundas.
Manos entrelazadas
Observo a escondidas.
Me invade un instante de soledad.
De entendimiento.
Ambiguo.
Porque sin sentir, siento.
Sin conocer, llego.
Gente igual.
Gente dispar.
Gente que habla sin hablar.
Miradas atentas, miradas perdidas.
Siempre miradas.
Ella, me mira.
Mantengo mirada.
Me dedica una media sonrisa, veleidosa.
La devuelvo, igual.
Quizá me leyó la mente.
Quizá encontró un punto de apoyo, entre la gente.
Quizá algunos tenemos estigmas en el alma.
Quizá a veces, sabemos verlos.
Quizá a veces, no queremos.
Escribo y plasmo lo que siento.
Se levanta.
Llega a su destino.
Me mira.
La miro.
Adiós, me susurra.
Adiós, le digo.
Se va.
Arranca el tren, de nuevo…
La veo caminar, la pierdo.
Me quedo con una sensación extraña.
Quizá estigma, quizá duende.
Quizá.
pd. perdon por la parrafada.
besos
Tenía que haber cruzado y darle un clinex. Dedicarle una sonrisa de ánimo e irse.
ResponderEliminarRegresará a Madrid?
Aquí otra seguidora más desde strollinsilence.blogspot.com
unlacasitoparati!
Ojalá se le pase la pena algún día.
ResponderEliminar¡Beso!
Son una mierda esos neceseres llenos de te echo de menos... :(
ResponderEliminarMe encantan tus pequeñas historias... son geniales :)
un millón de besos de cereza ácida!
Los andenes y toda esa gente que espera su tren tienen una esencia diferente, enigmatica. Intentar averiguar cual es el destino o el rumbo de todas esas vidas e imaginar, tal vez, que escondida detrás de la mirada de cualquiera de esas personas, puede andar tu felicidad.
ResponderEliminarUn beso!!
Cuando he visto la foto me he dado cuenta de que la foto me resultaba lo suficientemente familiar como para que no fuera cierto. Al llegar al final, lo he entendido todo.
ResponderEliminarSiempre me gustaron las historias de trenes, de vidas cruzadas en una estación. Siempre..
quizás la chica del jersey de rayas pueda dejarse el neceser de te echo de menos olvidado en el tren, y también las lágrimas.
ResponderEliminar¡Beso grande!
yo hoy hice una maleta pero el saco de penas lo tiré a la basura que me han dicho por ahí que en Amsterdam no están bien vistos :)
ResponderEliminarsi deja pedacitos de alma por Madrid él puede recogerlos, juntarlos y devolvérselos cuando ella vuelva, seguro que le hacen falta.
ResponderEliminarbesito :)
el metro, cercanias o cualquier transporte publico por las mañanas es un conjunto de vidas dispares, con muchas partes en comun aunque no lo creamos...
ResponderEliminar"tren = limusina de peatones"
el otro dia vi una chica llorando en el metro y me acerque a preguntarle que si estaba bien...
ResponderEliminarTod@s hemos sido ella en alguna ocasión... No hay nada como una mujer con corazón de niña :)
ResponderEliminarme encanta la carta de la cabecera...
besitos wapa!!
Madrid, ciudad de amor y desamor de chicas sencillas con jerseys de rayas.
ResponderEliminarBesos :)
normal que la encuentres triste...salir de Madrid no es facil, y más si eres una chica con un jersey de rallas tan encantadora como nuestra pequeña M
ResponderEliminar:)
jo, me ha encantado...y a ella también, a qué si?
un besito gigantesco dana...y siento no pasarme tanto por aquí ultimamente, es que he estado un poco liada :(
las historias entre andenes siempre fueron tan nostálgicas y mágicas a la vez..
ResponderEliminarespero que por su neceser se formara una grieta dejándose ver más te sobreviviré
te sigo^^ muuas.
Me encanta tu blog!!:) te agrego a favoritos ¿vale?:)
ResponderEliminarEs genial, cuantas historias se encierran en metros, autobuses o mismamente por la calle...
ResponderEliminarMuchas veces me quedo mirando a alguna persona que no ve, y me pongo a pensar que vida habrá detrás de esos pies.
ResponderEliminarMUA
Joder....
ResponderEliminarsobran.
So-BRAN!
t'estimo petita meva.