El otro día pasé por delante de una tienda de animales. Por el rabillo del ojo comprobé mi reflejo en el cristal. Ya sabes que me gusta saber si estoy bien peinada así como cada 5 minutos, es uno de mis defectos. El caso es que mi operación "flequillo en su sitio" no pudo llevarse a cabo porque dos pececillos captaron mi atención. Estaban ahí, tan solitos, cada uno en una pecera. Se miraban con amor, sintiéndose cerca aunque les separaba una barrera infranqueable. En su caso de cristal. Tuve que entrar a comprarlos. No podía dejar que siguieran queriéndose en la distancia. La verdad, entré a comprarlos más que nada porque me recordaron a nosotros dos. Porque ¿sabes? Si eso que llaman destino no quiere hacernos el favor de colocarnos en la misma pecera, yo no voy a ser tan cruel con ellos dos. Ahora nadan juguetones entrelazando sus pequeñas aletas dentro de esa bola de cristal. Les pongo “Wish you were here” en mi Spotify para que sepan que hay canciones que hablan de su historia, como las hay que hablan de la nuestra. Y me dan envidia. Múdate a mi pecera, salta valiente. No dejaré que caigas fuera y te ahogues.
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No se si será por que estoy algo ñoña estos días, pero me ha dado unas ganas de llorar tu relato... Ganas de las buenas, eh, de las dulces, de las de cosas tiernas.
ResponderEliminarTe superas, chica oreo, te superas cada día.
:)
si los peces no van a la pecera, la pecera irá a mahoma.. sí, bueno, tu ya me entiendes...
ResponderEliminartía, cada día me flipa más como escribes, y la canción, wish you were here, me toca muy seriamente la patata :)
No se porque, pero me identifico.
ResponderEliminarGracias por compartir tus sentimientos en el blog,asi personas como yo podemos leerlas y saber que otras personas tambien pasan por lo mismo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEsta entrada es mas que preciosa.
ResponderEliminarQuiero otra pecera de esas para mi :)
http://solocalanlosbesos.blogspot.com/
Con esta declaración yo, sin pensarlo, saltaría.
ResponderEliminarMe niego a pensar que seamos incapaces de saltar hasta lograr salir de nuestra pecera, impulsándonos con las aletas... me niego. Y más si lo podemos hacer por amor. El amor debe ser valiente, fuerte y ''anti-destino''
ResponderEliminarTe quiero Dana
eres increíble.
Como dicen por ahí arriba te has superado Patri, un 10. Perfecto, me encanta... :)
ResponderEliminarY me gusta mucho la canción de fondo!
Sería peor estar en la misma pecera y que los separara el agua.
ResponderEliminarándale
ResponderEliminarAis que bonito lo de los pececillos. muá
ResponderEliminarQue suerte que esos dos peces puedan estar juntos :)
ResponderEliminarY ojalá que él se atreva a saltar ^^
Te sigo !
Pa' Poulain .
Me he enamorado de esta historia, ¿puedo meterme en su pecera?
ResponderEliminarEs precioso, Dana! Ojalá alguien hiciera lo mismo con los que nos sentimos así..
ResponderEliminarOjalá todas las barreras que son capaces de separar a alguien se pudiesen derribar de una manera tan dulce♥
ResponderEliminarte quiere la señorita bodas de oro
(L)
ResponderEliminarme encanta ^^
Me encantan los peces :D
ResponderEliminarbesos!
¡Que salte, que salte!
ResponderEliminarMuá :)
jo, pues yo creo que en realidad solo querían ser amigos y jugar a salpicarse los domingos por la tarde.
ResponderEliminar(les dejo
galletas
de perro
a tus peces)
mira que son buenas tus entradas. la del periódico los domingos me ha provocado un nudito tremendo.
ResponderEliminar:)
Venga ... a saltar todo el mundo!!!!
ResponderEliminar:)
besos
Yo siempre me compraba peces, me acuerdo que eran de color naranja, pero a la semana me los encontraba flotando en el agua..xD
ResponderEliminarQuiza mi pez no estaba enamorado
Un muá, Dori!
Quizá necesite que le enseñes a nadar...
ResponderEliminarMe acabo de enamorar leyendo esta entrada. Así, sin anestesia.
ResponderEliminarÓjala todo fuese tan fácil como cambiarse de pecera y nadar sin más, sin ningún miedo...pero entonces, nada tendría sentido.
(Lo siento, pero para mi serás Dana para siempre jaja)
No sé por qué me ha encantado este texto. Debo tener el día tonto. Oh un amor hacia los peces que desconocía... jajaja
ResponderEliminarmuá!
Dios, acabo de llegar aquí de casualidad y ya lo he agregao a mis favoritos, buenísimo el blog!
ResponderEliminarPrecioso :) Yo saltaría sin dudarlo.
ResponderEliminarUn muáh :]
No, primeras veces, para todo, solo hay una...
ResponderEliminar(pienso premiarte ahora mismito, no se como se me ha podido olvidar)
Una historia rojo corazón, y tan de cada día, tan de calle, tan real... que podría ser la de cualquiera. Podría incluso ser la mía :) Bravo!
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