lunes, 29 de marzo de 2010

Pon mis semáforos en verde


Ah... qué difícil. Qué difícil es andar por Gran Vía y cruzar los inmensos pasos de cebra sin tí. Qué difícil saber que no estás al otro lado de la calle esperándome con tu mejor sonrisa y algo despeinada. Las bocas de metro son puertas hacia la autodestrucción ahora, porque las aglomeraciones de gente extraña me recuerdan a ti, los asientos vacíos también. Mirar por la ventana de clase y ver el cielo nublado es como ver tus ojos, y le rezo a no se qué o a quién para que salga el sol y el cielo deje de tener este tono, este preciso tono que no sé si es azul o gris. Quiero todos los semáforos en verde para no pararme a pensar y solo correr, huir de estas calles por no huir de mí. ¿Se puede huir de uno mismo? ¿Se puede huir de los propios pensamientos? Yo creo que no, pero lo intento. He dejado de morderme las uñas como una demente y ahora me fumo los paquetes en un día. Me da asco este aire contaminado, me da asco la gente con prisa y me da asco mi rutina, las mismas caras cada día que no me dicen nada. Ojos vacíos y secos. Los míos están llenos y húmedos, no son compatibles. ¿A dónde puedo mirar para no pensarte? ¿A dónde?

miércoles, 24 de marzo de 2010

Amor a quemarropa

Se querían con esa clase de amor que surge cuando no se tiene nada que perder, y todo lo que tienes cabe en una mochila vieja. Amor a quemarropa, un fuego que atizaban cada día con sus bocas y sus manos.

lunes, 22 de marzo de 2010

Mentiras y Brandy

Yo no te mentía. Era tú corazón quien se mentía a sí mismo. Yo ya no te quería, esa es la verdad. Pero nunca quisiste ver las verdades, eres de esa clase de personas que prefieren vivir encharcadas de mentiras, con una felicidad de baratija y una copa de brandy siempre en la mano.

miércoles, 17 de marzo de 2010

El sexo entre ellos era como fumarse una cajetilla de Marlboro en una sola noche: asfixiante, perjudicial, pero terriblemente adictivo.

sábado, 13 de marzo de 2010

La chica del jersey de rayas

La chica del jersey a rayas anda por el anden de enfrente, con una cara tan triste...Tengo ganas de cruzar y coger su tren en lugar del mío y luego, como por casualidad, decirle que yo también estoy leyendo el libro que ella lee, preguntarle si le está gustando y darle un clinex para secarse esas lágrimas indiscretas que se columpian en el borde de sus ojos.

No, mejor no. Me quedo aquí con mi cuaderno y no la molesto. Lleva una maleta de la que tira junto con un saco de penas y un neceser de "te echo de menos", se lo noto en los hombros hundidos. Tiene los vaqueros rotos y el pelo recogido en una coleta. Son cosas que no dicen nada de ella y a la vez me cuentan que es sencilla y aun tiene corazón de niña.Tiene el maquillaje corrido y no sé si es porque viene de fiesta o porque ha llorado todo el camino a la estación. Me decanto por esto último. Quiero regalarle un corazón de peluche rojo pero no tengo ninguno a mano ahora mismo. ¡Mierda!, su tren está llegando. Uf, ahí está de nuevo, colocando con cuidado el abrigo en el compartimento y sentándose en su butaca. Quiero huir de esta ciudad que no duerme y sin embargo ella parece dejarse partes del alma en Madrid. Ya casi no la veo, la cortina de lluvia empieza a ser demasiado densa...



Para tí, petite M.

jueves, 11 de marzo de 2010

Completely Upset

Tú tienes el poder de regalarme eso que alguien llamó felicidad. Tú tienes el poder de robármela un segundo después, muy rápido pero demasiado tarde, cuando mis labios ya se han acostumbrado a su sabor dulce. Tú tienes la manía de escribir palabras que se cuelan por mi lagrimal y empiezan a correr por mi torrente sanguíneo. Pero también tú tienes el poder de extraerme esa sangre que hace latir mi corazón a la velocidad de la luz y sustituirla por ponzoña. Puedes, si quieres, pintarme una sonrisa en la cara para después borrarla con un tipex barato y tóxico. Puedes hacerme sanar y después enfermar. Puedes hacerme estar viva un día y al siguiente sentirme malherida, casi al borde de la muerte emocional. ¿Por qué no me das ya la última estocada?

martes, 9 de marzo de 2010

Mañanas perras

Lo peor no son las noches, lo peor para Martina son las mañanas. Levantarse en una cama enorme y vacía, vacía de amor y de sí misma. Ya solo hay pena y el olor a él se esfumó. Qué fue de las noches abrazados y las mañanas de "te escribo algo en la espalda y adivinas qué es ¿vale?". ¿Dónde están los besos que le debe? Who knows... Echa de menos el bote de nenuco en la estantería del baño y bueno, ni qué decir tiene que se levanta con su nombre en la cabeza, como una letanía, un rezo a un Dios que no existe.

domingo, 7 de marzo de 2010

Rabia

Son nuevos estos sentimientos. Es curioso verme evolucionar y no saber si es a mejor o a peor. Rabia, que no sé cómo definirlo si no es como Rabia. Escozor por debajo de la piel y por encima, por doquier. Quemazón en la punta de los dedos y en el último rincón de este corazón sin razón, pero con múltiples razones para encharcar mis folios blancos. La tinta corrida, devastada y devastadora allá por donde tiñe, canalizadora de mi sangre encolerizada. Me duele, me corroe, me arruina, me molesta, ¡me jode! Que no te entiendo y no me entiendo. Que he dejado de entenderlo. Que me da Rabia, y punto.

No olvidar:


Dile que la quieres Tom, que no te cuesta nada y a ella le alegras el día. Que sabes que lo sientes por mucho miedo que te de decírselo. Es importante. Y si se te olvida, haz como yo, apúntatelo en un post it.

martes, 2 de marzo de 2010

Logicamente

Me he dado cuenta de que hay un y un YO.

Pero no existe un TÚ+YO.

Y claro, mucho menos un NOSOTROS.