domingo, 28 de noviembre de 2010

Piratas de asfalto


Seremos piratas de asfalto, abrigo como uniforme y bufandas kilométricas por bandera. Viento en popa a toda vela subiremos las escaleras de tu portal, las prisas nunca fueron buenas compañeras de viaje pero por esta vez haremos la vista gorda. Llenaremos de vaho las ventanas surcando nuestros cuerpos, océanos improvisados. Nos fumaremos un cigarro a pachas, como capitán y oficial de cubierta. Luego yo me iré a casa y escribiré en el cuaderno de bitácora que quiero echar el ancla en un puerto de nombre "tu espalda", donde ya no me harán falta salvavidas.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Desgastémonos las zapatillas


Cuéntame bajito que quieres bajar conmigo por la cuesta de San Vicente y echarme carreras de zapatillas viejas hasta los jardines del Moro. Tal vez una tarde de Domingo en Lavapies y un café a las seis ¿no? Bajarnos del bus en Ópera y sujetar una pared del Teatro Real con mi espalda. Me gustó aquel sábado que madrugamos para conocer Malasaña a fondo, yo andando delante y tú a tres metros, siguiéndome de cerca, como si no nos conociésemos. Te llevé a cada librería de tercera o cuarta mano y buceamos entre historias de otros tiempos. No me puedo olvidar de esos detalles, de cómo acelerabas el paso para abrirme la puerta y hacer una reverencia ridícula antes de dejarme entrar solo porque te gustaba verme pasar vergüenza. He comprado unas converse nuevas, ¿las desgastamos juntas?

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Yo te doy el mundo a largo plazo y a corto un trago de ron

Llámame egoísta adelante. Quiero ser la única que te conozca por dentro. La única que ha aprendido a entenderte y que quiere seguir aprendiendo. ¿Es un delito ser egoísta? Bien, entonces me declaro: Culpable.

jueves, 11 de noviembre de 2010

De Relocos y Recuerdos

No suelo contaros mi vida en estos lares, pero hoy voy a hacer una excepción porque siento la necesidad de compartir algo muy bonito con vosotros.

El lunes fue el cumpleaños de una amiga importante y quiso compartir esa noche conmigo viendo juntas a un pedazo de artista que nos gusta mucho a las dos. Me refiero a Luis Ramiro. No solo era la primera vez que yo le veía en directo sino que era la primera vez que pisaba el famoso "Libertad 8". Llegamos justo para coger las dos últimas entradas, las cuales eran un sitio muy muy incómodo, pero en primerísima fila. Nunca un dolor de espalda ha merecido tanto la pena, de verdad. Para todos aquellos que no le conozcan, comparto con vosotros el vídeo que grabé de su canción "Annie Hall" (como la película de Woody Allen, sí ^^). Y para los que si lo conoceis simplemente: disfrutadlo.


miércoles, 3 de noviembre de 2010

Razones

-Te quiero.
-¿Por qué?
-Te quiero porque sabes que mi café solo lleva una cucharadita de azúcar, porque  sabes que nunca leo las páginas de deporte del periódico y me las quitas para ahorrarme buscar la siguiente sección.  Porque conoces la marca de acondicionador que uso solo por el olor, porque sabes que nunca me seco el pelo después de la ducha. Porque eres la única que no intenta convencerme de que tire esas zapatillas tan viejas que tienen  tanto valor para mí. Porque ya no hace falta que te diga que cuando suena Dani Martín en la radio cambies de emisora, la apagas y me cantas una de Extremo. Luego te sigo y acabamos dejándonos la voz al grito de “Golfa”. Te quiero porque cuando estoy enfadada y no paro de explicarme con las manos, las sujetas y me haces contar hasta 10 (a veces hasta 100). Porque si no te gustan unos zapatos me lo dices claramente. Porque cuando se me acaba el tabaco me das del tuyo aunque yo no te pida. Porque sabes que cuando estoy enferma no me gusta que me mimen y me dejas mi espacio. Porque no te gustan las mismas películas que a mí y aun así te quedas a verlas solo para estar un rato conmigo. Al final nunca terminamos de verlas porque antes de que me dé cuenta ya estamos quitándonos la ropa para que nos salgan las cuentas. Porque vas a buscarme al trabajo con el coche para ahorrarme el camino en metro. Porque sabes que no me gusta hablar por teléfono ni ver la tele. Te quiero por todas esas cosas, pero de todas formas, no necesito razones.