martes, 8 de diciembre de 2009


Me averguenzo de imaginarte con mis manos. No pensaba. Una fuerza desconocida hasta ahora se ha apoderado de mi cuerpo y ha poseído cada una de mis células. Un demonio que se ha adueñado de mis manos haciendo con ellas lo que se le antojaba. Y aunque me averguenzo no me arrepiento, porque he sentido mis dedos como si fueran los tuyos, he inventado tu aliento en mi clavícula, en mi ombligo. Y me ha encantado.

7 comentarios:

  1. Eso lo hemos imaginado todos en algún momento.
    Un besazo!

    ResponderEliminar
  2. A las manos a veces las controlan las ganas y no hay nada que hacer.

    ResponderEliminar
  3. No pienses, a veces es lo mejor. Y más en esas situaciones ;)

    Saludos de colores =)

    ResponderEliminar
  4. y las manos se van solas, y tu te dejas llevar... y todo es tan bonito por un instante aunque él no este, que ya nada importa.

    un beso :)

    ResponderEliminar
  5. no hay tiempo, ni espacio...
    solo el momento

    ResponderEliminar
  6. Onanismo hecho pura poesía... Muy bello, no tienes nada de lo que avergonzarte, su texto rebosa vida, sensualidad y Amor. Hermoso, muy hermoso compañera. Gracias.

    www.utopiaroja.blogspot.com

    ResponderEliminar

Salta por la ventana ¡valiente!