martes, 5 de enero de 2010

Martina II

Segunda y última parte del relato. Quizá os deje un amargo sabor, pero mi intención no era esa. Solo es una historia más que podría haber pasado así, o no. Gracias por los comentarios :)




Todas estas cosas no vienen a cuento…si ya lo se joder, pero si no lo escribo me da la impresión de estar dejando todo lo que fuimos en el olvido, y no soporto esa sensación. La verdad es que cuando recogí tu carta del buzón estaba pensando en una de aquellas veces en las que el sexo era desgarrador. En una de esas veces en las que sentía tu cuerpo sobre el mío y yo me sentía como la arena de la playa que recibe las olas temerosa y temblando de miedo, miedo a ser arrastrada por tu corriente tan adentro que luego no pudiese salir. Y así era, luego no podía salir de ese remolino que es tu cama. Admite que tú tampoco.
Pero lo que nunca, nunca se me va a olvidar, va a ser la forma en que me dejaste. Esa última carta fue como una puñalada. Una puñalada que yo no ví venir porque solo pensaba en lo perfecto que resultaba el mundo cuando estabamos juntos. Decía así:
“Querida Martina” (Muy formal ¡si señor! Pero una carta no es un buena forma de dejar a alguien, es cobarde amigo mio)
“Tendría que contarte tantas cosas para justificar esta carta…Pero no lo voy a hacer, intentaré ser breve para que el dolor sea menor (¿Tú crees que por breve me causaste menos daño?) ¿Recuerdas la guitarra vieja que encontraste en el sótano un día que bajamos a buscar unas cosas? (Maldita guitarra… Se convirtió en el detonante de esta minicatástrofe que es ahora mi vida) Estaba abandonada en el sótano porque fue un regalo de la primera mujer a la que quise, para ser sinceros, a la que más quise (Joder, gracias por decirme que la quisite más que a mi, muy honesto por tu parte). Ella cogió mi corazón y lo tiró a la trituradora cuando se cansó de él (Me resulta familiar esa situación). A lo que voy, no se si te acordarás de un día que iba a ir a buscarte al curro pero al final no fui y te puse de excusa que me habían encargado a última hora hacer el inventario(claro, y ahí podía estar yo pensando que pobrecitos: tú sin haber venido y yo echándote de menos), en realidad lo que pasó fue lo siguiente: mientras me tomaba un café en el Starbucks de enfrente de tu tienda me encontré con Ella, la de la guitarra y… joder, fue como una patada en el estómago. Empezamos a hablar, a recordar viejos tiempos y… bueno cielo, el resto te lo puedes imaginar (A esto es que no se ni qué decirte mi niño: te volverá a dejar tirado, sin más recuerdo que su olor. Yo lo se, y tú lo sabes también. Luego no me vengas llorando). Si no te he cogido el teléfono es porque no puedo decirte todo esto en voz alta, no puedo… Y ahora que te dejo, se que te voy a echar en falta muchisimo, pero se me pasará, y a ti también Martina, a ti también. Aunque ahora creas que no y que no volverás a enamorarte y todas esas mierdas que uno piensa cuando le dejan. Te quiero Rizos, de alguna forma aun te quiero, que no se te olvide”. (Para mi esta carta lo que no era es una forma elegante de dejarme, era tan, tan cobarde…).

Han pasado 913 días desde que recibí estas letras y te voy a contar un secreto: a mi me cuesta olvidar pero lo estoy haciendo, a mi ritmo.

18 comentarios:

  1. la misma zahara en persona me hablo de éste concurso :)
    pensé en participar & tenía miles de comienzos...pero nunca lo llegué a enviar. Me dispongo a leerte, con zahara & día 913 de fondo, como no :)

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  2. Mmmm... creo que es muy real, muy natural... muy buen relato.

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  3. Me ha gustado el relato :)
    Normalmente ese suele ser el final de las historias, asique creo que mucha gente se vera identificada.

    Un beso

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  4. Me ha encantado la historia, en serio :)
    Sobre todo porque es muy real.

    un beso!

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  5. me ha gustado mucho el relato :)
    me lo he leído de un tirón,
    que hacía mucho que no me pasaba por aquí. He tenido abandonado internet!

    Un besitolacasito

    cada vez me gusta más este blog :)

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  6. Eso es lo que debe hacer Martina, olvidar, aunque sea a su ritmo.

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  7. Oh! triste pero a la vez... esa tristeza se convierte en odio por ser tan cobarde... no deja del todo un sabor amargo en la boca, por el echo de que se convierta en odio, al menos yo lo sentiría así...

    De todas formas, me encanta como escribes, sigue haciéndolo! :)

    Besines

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  8. A punto estuve de participar en este mismo concurso y la verdad es que las palabras eran tan... tan Z, que cualquier cosa que escribiese (yo, que lo haga fatal) habría estado bien:)

    Pero tú, tu historia, Martina y esa carta... es perfecto. Me ha encantado. Me quito el sombrero!!

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  9. Mal hecho, como tú dices, le dejará su olor con una letra más al convertirse de nuevo en dolor.

    Saludos subterráneos.

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  10. Cobarde elevado a la décima, diría yo.
    Ya sabía que ese descubrimiento no traería nada bueno y supongo que Martina también lo supo. Sé, en primera persona, como debió de sentirse cuando supo que no era la chica a la que más quiso. Y es una sensación horrible.
    Seguro que esta chica acaba dejándolo de nuevo y ya Martina no estará allí para él.

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  11. me gusta! quien ganó al final?
    yo no participé.

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  12. la primera parte está inundada de magia y de palabras preciosas. Como el amor.
    ésta, está llena de gris y sí, es bien amarga. Como las rupturas.
    Así que seguramente por eso la primera me ha gustado mucho más, aunque ésta siga estand bien escrita y todo eso, pero es que la otra...ya te lo dije, de lo mejor que has escrito :)

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  13. la primera parte está inundada de magia y de palabras preciosas. Como el amor.
    ésta, está llena de gris y sí, es bien amarga. Como las rupturas.
    Así que seguramente por eso la primera me ha gustado mucho más, aunque ésta siga estand bien escrita y todo eso, pero es que la otra...ya te lo dije, de lo mejor que has escrito :)

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  14. Me encanta este relato. Es triste pero a la vez muy bonito :)

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  15. Olvidar es muy difícil, mucho más que cualquier problema matemático. Y cuesta, cuesta mucho.

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  16. Y ganaste? Me he quedado con la intriga ;)
    Un besito!!

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